La industria de fondos de inversión es muy opaca y se aprovecha del poco nivel en cuanto a cultura financiera del ciudadano medio español. Los bancos tienen un porcentaje de este negocio que ronda el 70% del capital gestionado en España, interviniendo en toda la cadena de valor: los gestionan, los asesoran y los intermedian.
Cuando un cliente suscribe un fondo de inversión no conoce ni cuáles son las comisiones que le cobra la gestora al fondo por cada operación que realiza ni un desglose de las operaciones que ha hecho el gestor y de los títulos que ha tenido en cartera. Imagínense que el banco X, colocador en la OPV (salida a Bolsa) de una empresa Y, ordenase a los gestores de todos sus fondos a que comprasen un porcentaje de esta nueva empresa, incluso aunque no creyesen en esa compañía. Imaginen que el banco es propietario de una empresa con problemas financieros, podría ordenar que los gestores de sus fondos comprasen un porcentaje de la nueva deuda emitida por esta empresa en dificultades. (El fondo Es liquidez del Banco Portugués Espiritú Santo es un ejemplo de esta mala práctica). Apostaría que muchos fondos de inversión de entidades financieras tenían en sus activos “Participaciones preferentes” del propio banco que cuando pasaron a valer 0 se diluyeron entre el valor liquidativo de sus fondos de inversiones sin que sus partícipes fuesen conscientes.
Tampoco queda claro cuál es la comisión que el banco le cobra al partícipe por cubrir su divisa en el caso de realizar operaciones con acciones fuera del área euro. Siempre me ha resultado muy curioso cuando uno va al banco a cambiar dinero (por ejemplo euros por dólares) como el asesor financiero de la oficina te dice que el banco no cobra ninguna comisión por esa operación. Pero cuando se realiza la operación te llevas la amarga sorpresa de que si el tipo oficial de mercado es de 1 euro = 1,35 $ a ti te han dado 1,30$ por cada euro cambiado y que por lo tanto por tus 10.000 euros no te dan los 13.500 dólares que te daría el mercado sino sólamente 13.000$, te cobran 500$ por el servicio pero eso no son comisiones, es simplemente que el tipo oficial del banco y el de mercado no coinciden. Pues si esta práctica se realiza en las sucursales donde el cliente avispado se acaba dando cuenta de la comisión que le han colado, ni me quiero imaginar lo que puede suceder a nivel fondos de inversión donde esa operación no queda a la vista del partícipe en ningún momento.
Otro caso donde la gran mayoría de los gestores se aprovechan del desconocimiento de los partícipes es a la hora de comparar sus resultados. Casi todos los comparan con la evolución del Ibex o la del Eurostoxx, lo que es un truco de magia más de los que se suelen utilizar en esta industria. El Ibex y el Eurostoxx descuentan de su valor los dividendos que reparten las empresas que los componen que aproximadamente es de un 5% anual. Si el Ibex 35 se revalorizase un 0% un año, los inversores en el Ibex (a través por ejemplo de un ETF del Ibex) ganarían en torno a un 4% (valor total de los dividendos menos las retenciones practicadas). Si un gestor del fondos gana un 1% tendrá la desfachatez de presumir y venderte que su fondo de inversión gracias a su gestión ha superado la rentabilidad del Ibex, pues ha obtenido plusvalías de un 1%, mientras que el Ibex se ha mantenido plano durante ese año. No es de extrañar que ningún gestor de fondos tenga el Dax alemán como índice de referencia (uno de los pocos índices que no descuentan de su valor los dividendos repartidos por las empresas que lo componen).
Por otro lado, la mayoría de los fondos de renta variable que se comercializan se gestionan de forma pasiva, es decir el gestor indexa su cartera a un índice y está pendiente de las ponderaciones de cada una de las acciones que conforman ese índice para de forma automática ajustar sus posiciones. Pero de esta forma no se crea valor, simplemente es una gestión en modo copiar un índice bursátil.
Por último, me parece sensato que el cliente pudiese conocer la retrocesión (porcentaje de la comisión de gestión) que reciben las sucursales bancarias y las EAFIs por cada fondo de inversión que guiados por sus recomendaciones suscriben sus clientes.
Ante esta coyuntura no puede extrañarnos que el pastel de la industria de gestión de activos quede repartida en España más o menos en una proporción de un 20% para los gestores y un 80% para los distribuidores que en España son los que realmente crean valor en esta industria gracias a sus trucos de engatusamiento de la información que proporcionan a sus incautos clientes.
Actualmente trabajo en el proyecto de constitución de un vehículo de inversión que sea 100% transparente. En este mundo de la gestión de activos en el que no se pueden garantizar rentabilidades positivas en el corto y en el medio plazo, se debe al menos, garantizar la honradez y la total transparencia en el trato con los socios o partícipes de los diferentes activos y vehículos de inversión que se comercializan.
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