Ayer el BCE no decepcionó a los mercados y adoptó nuevas medidas de represión financiera. Bajó el tipo de interés del dinero al 0% y el tipo de depósito al -0,4%. Además comprará bonos de empresas con categoría de grado de inversión (las de mejor calidad crediticia según la clasificación de las agencias de calificación) y pagará a los bancos un interés de hasta el 0,4% por los nuevos préstamos que ofrezcan a sus clientes (excluyendo los préstamos hipotecarios). Profundizamos en un mundo irreal de película de ficción en el que se cobra un interés al que presta dinero y se le paga al que lo pide prestado.