Los CFDs son contratos entre dos partes para intercambiar la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de un determinado activo financiero. Su activo subyacente que pueden ser acciones, divisas, índices o materias primas cotiza en un mercado y el CFD lo toma como referencia para el cálculo.
Sus ventajas principales son las siguientes:
– Ofrecen a un inversor o especulador la posibilidad de abrir tanto operaciones alcistas tradicionales como posiciones cortas (realizar apuestas a que un determinado activo financiero baje de precio).
– Ofrecen al inversor la posibilidad de apalancarse, es decir, éste puede invertir una cantidad superior al dinero que tenga en cuenta. (Cuando se realiza una operación con CFDs el broker únicamente exige al cliente una pequeña garantía).
– Suponen un ahorro en comisiones de intermediación debido a que los CFDs no llevan ni comisiones de liquidación (cánones de Bolsa) ni necesitan ser custodiados (comisión de custodia) ni pagan algunos impuestos especiales que existen en algunos mercados (Stamp tax del 0,5% para las compras en UK, 0,2% de impuesto especial por comprar o vender acciones en Francia o Italia etc).
– La mayoría de los CFDs no tienen vencimiento debido a que no existe una fecha final de liquidación del contrato. Ésta es una ventaja de este producto frente a los futuros. Nota: Algunos CFDs como por ejemplo los de materias primas sí pueden tener vencimiento.
– Son sencillos de entender, sobre todo si los comparamos con otros productos derivados como las opciones.
– Ofrecen la posibilidad de fraccionar el tamaño de la operación en índices o materias primas adaptando la cantidad invertida al tamaño de nuestra cuenta o al riesgo máximo que queremos asumir como inversores.
Por el contrario, sus principales inconvenientes son:
– Coste de financiación. En los CFDs hay que pagar financiación al broker a fin de día por el tamaño de la cantidad invertida que suele ser del Eonia o un tipo de interés de referencia interbancario más un 3%.
– Es un producto financiero que no se intercambia en un mercado organizado.
– Los brokers que ofrecen estos productos que no actúan como ECNs sino que lo hacen como Market Makers pueden ejecutarte la operación de compra o venta a un precio distinto (y siempre a su favor) al que esté cotizando en el momento de la ejecución el activo que actúa como subyacente. Esta comisión que no resulta nítida para el pequeño inversor suele ser sólo de un pequeño porcentaje pero se puede incrementar en momentos de alta volatilidad, por ejemplo cuando se publica un dato importante o cuando abre el mercado.
– La posibilidad de un apalancamiento excesivo (en algunos brokers y algunos productos se permite un apalancamiento de hasta 100 veces, aunque por norma general este tiene un máximo de unas 10 o 20 veces) provocan que los CFDs se puedan utilizar como si fuesen apuestas en la ruleta de un casino. Por ejemplo, si decidiésemos apalancarnos 50 veces sobre el capital que tenemos en la cuenta, un movimiento de tan sólo un 2% a nuestro favor provocaría que doblásemos el tamaño de nuestro cuenta, por el contrario, un movimiento del 2% en nuestra contra provocaría que perdiésemos la totalidad del dinero ingresado en nuestra cuenta.
En los últimos días se ha filtrado el proyecto de un nuevo marco regulatorio para los CFDs, entre las medidas que podrían entrar en vigor en los próximos meses destacan:
1) Establecimiento de un límite máximo de apalancamiento en unas 50 veces sobre el dinero depositado en la cuenta del cliente, que se reduce a 25 veces para clientes que tengan menos de un año de experiencia con este producto.
2) Los brokers deberán hacer públicos sus ratios de cuentas ganadoras/perdedoras, con el objetivo de que se ofrezca una mayor información sobre los riesgos asociados a la operativa con este tipo de productos.
3) Los brokers deberán suspender todos los bonus y promociones asociados a este tipo de productos.
A continuación os dejo el podcast de la tertulia-debate que tuvimos este sábado en el programa Estilo y Finanzas de Gestiona Radio: