Imaginemos que telefónica que cotiza en España en euros y en EE.UU en dólares está cotizando simultáneamente a las 16:00 (hora peninsular española) a 10,50 euros en España y a 15 dólares en EE.UU. El tipo cambio del euro dólar es exactamente a esa hora de 1,50 dólares por euro.

Si se diese esta situación se nos plantearía una opción de arbitraje pues podríamos simultáneamente dar una orden de compra de acciones en EE.UU (precio 15 dólares) y de venta en España (10,50 euros al tipo de cambio vigente es igual a 15,75 dólares). Teniendo una plusvalía instantánea de 0,75 dólares por acción (suponiendo que no tuviésemos comisiones por operar). Lógicamente esta oportunidad no tardaría en desaparecer, pues según otras personas se fuesen dando cuenta de la imperfección del mercado irían comprando telefónicas en EE.UU y vendiéndolas en España, lo cual provocaría que aumentase el precio de telefónicas en EE.UU y disminuyese en España hasta alcanzar un equilibrio como si de una ley física se tratase en el que ya no habría oportunidad de arbitraje.

En la actualidad este tipo de arbitraje apenas se puede observar en los mercados por la existencia de máquinas automáticas que se dedican a aprovechar este tipo de spreads o diferenciales momentáneos aprovechando la oportunidad que les brindan los mercados para obtener plusvalías.

La semana pasada me di cuenta que había una interesante oportunidad de arbitraje entre el CFD del Ibex y el futuro del Ibex cuando estaban suspendidas de cotización Unión Fenosa, ACS y Gas Natural, lo comenté en la charla – coloquio del pasado jueves. En mi próximo artículo intentaré explicar en qué consistía y cómo se podía aprovechar. Es una oportunidad que probablemente aparezca en otras ocasiones.